Matar la palabra

Soy mujer, católica y ejerzo diariamente mi trabajo como locutora de radio.
Tras el atentado me pregunto:
¿Se puede hacer humor con la figura del Papa y no con la de  Mahoma?
Hoy la comunidad musulmana de buena fe, también debería repudiar con fuerza los hechos.
Ayer se atentó contra la palabra, la libertad y la convivencia no solo de los periodistas sino de policías, fontaneros, médicos, profesores, amas de casa,…de cualquiera que pretenda ejercer su libertad.
¿Dónde nace ese capitulo 40 del Corán que habla de no sentarse con quien habla mal de tu fe? ¿Así se escribió o así se interpreta por los más radicales?
Si te golpean pon la otra mejilla, una frase que podríamos colocar en la balanza si con comparaciones andásemos.
No se puede matar la palabra.
No se debe matar en nombre de un Dios, una idea ...
Toledo, Granada, Zaragoza y tantas ciudades fueron ejemplo de convivencia y grandeza con la fusión de diferentes religiones. Y hoy… ¿Quién apoya económicamente a los extremistas? ¿A quien interesa que siembren el miedo?
Ahora la guerra no se libra en un campo de batalla. Se libra en los medios de comunicación. ¿Debemos darles mas titulares a los bárbaros? ¿Se puede callar ante el asesinato sin sentido? ¿Que pretenden ocultar bajo el burka? ¿A quien beneficia el miedo?
La historiadora Pilar Queral  recordaba una aleccionadora frase de Voltaire: “No creo en lo que tu dices pero te respeto”.
Ayer  fue en Francia, cuna de la libertad de expresión y mañana…

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