Sergio Anorak y su sonrisa
Se llama Sergio. Su sonrisa reflejaba satisfacción. Su sueño fué vida. No ha sido sencillo. Mucho esfuerzo, días de más en el debe que en la
haber, noches de insomnio,...
Pero ayer su sonrisa mostraba que los
sueños pueden alcanzarse siempre con trabajo leal, duro, satisfactorio.
Se dice, y las cifras lo demuestran
contundentes, que los libros no venden. Dicen que las palabras que nos transportan,
que nos evaden o nos hacen vivir historias inéditas, no se compran; que las librerías
cierran y necesitan ayuda por parte de todos. Pero ayer Sergio lucía feliz. En
el día de San Jorge, día del libro, las ventas aumentaron en su editorial.
Que contraste las imágenes de un pulcro y
pequeño editor y las de quien fué responsable de declaraciones de hacienda de
trabajadores autónomos o por cuenta ajena.
Que contraste la de rostros negros en el
mar y rostros blancos en asientos del parlamento europeo.
Que contraste el de Sergio elegante editor,
Alejandro empresario del café, Ana y su despacho de letrada...Que fuerte
diferencia su impulso diario y su felicidad por el deber cumplido con la imagen
de quien, al regresar a su casa, necesitó cordón policial por un deber
incumplido.
Hay días en los que el cronometro, las
facturas,...nos alcanzan; solo la ley del tesón y la satisfacción por el deber
responsable es el tesoro recogido.
En todos los asuntos humanos hay esfuerzo
y resultados. La fortaleza del esfuerzo es la medida del resultado.
Serán ejemplo siempre Sergio, Alejandro,
Ana, Ángel,...todos los que, al contrario de los que necesitan cordón policial
o no se sonrojan ante los rostros negros a la deriva, todos aquellos que se
levantan con el objetivo de laborar como el primer día con la misma
responsabilidad y lealtad con ellos y su mundo más cercano.
Conversando esta mañana con Lancy Dodem, primer niño
adoptado por Vicente Ferrer, asimilaba las premisa que este gran hombre
le enseñó. Tres pilares que pueden cambiar el mundo: creer en la providencia,
accionar en positivo sin caer en las tentaciones y perdonar.
En ellas, sin ninguna duda, se halla la esencia de la
maravillosa sonrisa de tantos ciudadanos que, cada día, se quieren y quieren un
mundo mejor desde la labor honrada.
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