Amelia, pura vida
Fue un día de septiembre. En un
teatro. Sobre un escenario. Allí subió, habló y nos enamoró. Un amor tan
profundo surgió que, desde aquel instante, uno no puede separarse de quién es un
ejemplo de vida.
Siempre quiso ser artista y siempre
en su medida, lo fue. Ahora todavía con más fuerza.
Nació en una familia donde la cultura
y la ciencia eran conversación diaria en la mesa. Donde la educación exquisita
del abuelo y de sus padres se transmitió a las generaciones siguientes. Su abuelo
mantenía correspondencia con Einstein y eso no es cualquier correspondencia.
Ella, la más pizpireta de las seis
niñas, quiso ir por libre. La libertad ha sido siempre su bandera.
Con esa libertad en vena, hizo
oposiciones, fundó un negocio y a los 80 años se fue a un casting. Desde ese
día no ha dejado de actuar en películas cortometrajes y obras de teatro. En la
cómoda butaca de su salón o en la soleada cocina estudia, con ilusión, cada
nuevo proyecto.
Cada mañana pasea hasta el estudio de
radio para hacer su programa.
“La vida es como una taza de café,
está en cómo la preparas, pero sobre todo está en cómo te la tomas”.
Un 21 de marzo nacía un ejemplo de
mujer a seguir, Amelia Rius. Pura vida en sus 88 primaveras.
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