Un reto constante

La vida es un reto constante.

”No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas” decía Séneca.
¿Por qué no atreverse a fusionar lo aprendido con lo desconocido?

Esta es la aventura, el camino hacia Itaca.

Carmen Sotillo fue, hace unos años, mi primer encuentro con el teatro. Me dio la oportunidad de  apasionarme, de reflexionar, de sentir la vida en palabras ajenas.¿Por qué no atreverse a saltar del teatro de la vida al de las bambalinas?

Poner en mi piel a Carmen y Carmina es un fascinante ejercicio de vida.

Son ellas quienes se integran en mi alma para permitirme mostrar que comunicación, oratoria e interpretación son artes complementarias. Unas copian de las otras, se buscan, se funden.
Ellas y su historia provocaron en  el deseo  de abrir un nuevo espacio en mi trayecto vital.

La palabra y el silencio. El gesto y la inacción. Eso es comunicación. Es teatro. Es la vida. Y la vida es un reto constante al que aferrarse.

Carmen y Carmina son una osadía en cada representación,  un sueño, una manera de vivir. Son una hermosa aventura siempre diferente, siempre apasionante.

De nuevo esta semana ambas continúan la senda marcada. No dejan de crecer y de aprender, de fusionar sentimientos, de sonreír y llorar por lo contado y callado.

Ellas me enseñan que la vida es ...una maravillosa gema del color que tu desees;  hoy lapislázuli, mañana azabache, ámbar, quarzo,...

Tan sólo en "Un ratico"  la vida es...un reto constante. 

Gracias a su director, Javier Segarra, por la apuesta y el camino.


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