Cambalache



Dios no manda cosas imposibles, te invita a hacer  lo que puedas y te ayuda para que puedas hacer lo más difícil. Esto dijo San Agustín y seguro  que el santo hoy añadiría el matiz: “nunca contra los demás”.
En días en los que muchos nos preguntamos por el sin sentido de movimientos que se dicen religiosos, esta frase de San Agustín nos reconcilia con la esencia de la religión. 
Grupos yihadistas que asesinan, que se propagan en España, en Zaragoza,… ¿Cómo un ser humano puede asimilar esas creencias extrañas e ilógicas? Unos grupos que están siendo investigados y que afortunadamente van descubriéndose.

Hacer lo que se pueda pero en beneficio de tus vecinos, hacer lo que se pueda por mejorar no para destruir, es la esencia de la religión bien entendida.
Y mejorar también es lo que desean  y exigen todos aquellos que ven como la justicia no es igual para todos. Buscan el cumplimiento completo de las penas, buscan justicia.
En días donde escuchamos como unos no entran y otros salen antes de lo debido, es obligatorio preguntar a quien espera juicio o a las víctimas, si las leyes están hechas o se aplican para todos de la misma manera.
Pequeños delitos que rápidamente se juzgan y penan, y otros mayores en lista de espera o sin solución.
Hace un año una víctima del terrorismo, Mª Carmen Teba,  escribía una impactante carta a los jueces españoles. Encabezada la misma con el título: Injusta Justicia.

“Siento rabia, indignación e impotencia. Señores jueces y señores políticos, me permito recordarles que los asesinos eligen serlo, eligen matar, sus víctimas no tienen opción, no pueden elegir.
No entiendo que es la justicia, ni en manos de quién está, pero me atrevo a asegurar que en este país nos hemos vuelto locos. Nos da igual el partido que nos “represente”, al final no encontramos el apoyo de ninguno de ellos. ¿Alguno d de ustedes sabe lo que es la vergüenza?
Sólo nos queda tener FE en que estos asesinos que ustedes ponen en la calle no vuelvan a matar, porque de lo contrario ustedes serán tan culpables como ellos.” Estas eran las palabras al finalizar la misiva. Hoy desgraciadamente la carta continua siendo actual. Hoy al escuchar la voz de esta mujer nos preguntamos, si los jueces y fiscales que se han dado tiempo para decidir si sale o no de la cárcel a Picabea, han mirado a los ojos a los que han perdido a su familia o amigos por una idea política o religiosa mal entendida.

 Un tango ya todo esto lo describía el siglo pasado: " es lo mismo el que trabaja noche y día, que   el que vive de los otros, el que mata que el que cura o está fuera de la ley".

  Por fortuna, si observamos la realidad más cercana, comprobaremos que son más los que alcanzan lo imposible sin hacer daño a nadie.
Siempre enhorabuena a los que trabajan por hacer justicia, por defender lo justo ante lo injusto. Las palabras de San Agustín hoy presentes.


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