Sevillano, nobleza y personalidad


Le rompieron el tímpano, era su segundo partido;  todos le increpaban y nadie le acompañó en su dolor.
Fue en ese instante cuando decidió que en el campo, no  sobraba el.
Acogió cada jornada como un gran ejercicio de libertad.

Llegó a la asamblea y opinó.
Sus documentadas palabras brotaban y herían.
Se le sancionó injustamente, los tribunales  le dieron la razón y Navarra lo ha disfrutado.

Su criterio está libre de interés económico pues se levanta cada mañana a las siete. Vive de su profesión, del esfuerzo diario por ser impecable en su responsabilidad en una gran empresa aragonesa. 
Cada fin de semana estructura tres bolsas, con tres equipamientos, en el  maletero de su coche azul. Recoge  a dos compañeros con la sonrisa que la inmensa  mayoría reconoce y a los más jóvenes  relaja.
Durante el trayecto conversación distendida y claves para acometer la tarea en el campo. A su llegada saludos al delegado, examen de césped y porterías.
Los aficionados reconocen su figura cuando, con marcialidad, inicia el paseillo al centro.
"Torero, militar"...escucha al paso. Su personalidad le ha conferido, a lo largo de los años, un estilo inconfundible, una popularidad que trasciende la cuarta pared.

Rebelde con causa, acatará  una normativa impuesta con débiles argumentos.
Esta obligado a dejar la tercera división. ¿Por qué? 
En los despachos "centrales" quieren rebajar la edad en las fichas. Una decisión tomada y puesta en marcha sin posibilidad de reacción y formación.
"La juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo", afirmaba en una entrevista. La frase de Jardiel Poncela resume lo que sucede cuando la experiencia no es tenida en cuenta.
¿Por qué si un deportista supera las pruebas físicas y teóricas no puede continuar ejerciendo su vocación hasta los cuarenta y cinco años? 
Como él otros compañeros que, está temporada, se despedirán teniendo sus facultades en perfecto estado de revista.
Solo una federación, gracias al empeño de su presidente, ha sido capaz de prorrogar la aplicación de la normativa durante un año,  con el aplomo debido.

Hoy charlará con sus amigos  hasta Tafalla. Siente la misma emoción que el primer día. La ha sentido en cada partido durante veinte años. Siempre ha sacado el balón con la ilusión del que inicia el camino.
El viaje ha merecido la pena. Experiencias, amigos, viajes...
El viaje no ha terminado, tan solo es una etapa de un trayecto que prosigue.
El viaje comienza en este instante. 
"Nuestro carácter es resultado de nuestra conducta", dijo Aristóteles.
Pasión, respeto y amor al deporte son los pilares de su conducta, de su vida. Lo fueron en el difícil inicio, cuando un jugador no comprendió que existe una normativa a cumplir. Su enfrentamiento  pleno de argumentos, a la presidencia de su entonces federación, le reportó titulares en prensa durante meses y un autoexilio a una comunidad que le ha dado su corazón.

Posición marcial, manos que se entrelazan con fuerza...inspira con intensidad y suena el silbato.
José Ángel Sevillano, árbitro aragonés de tercera división de la Federación Navarra, da inicio al encuentro. 

"Se torea como se es”, afirmó Belmonte.
Un día más no dejará indiferente el compás del maestro Sevillano: nobleza aragonesa y personalidad navarra.





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