"No se puede humillar a las víctimas del terrorismo"
En enero de 1987, un autobús con personal y profesores de la Academia General Militar fue alcanzado por la explosión de un coche bomba. ETA la había colocado junto a la iglesia de San Juan de los Panetes en Zaragoza.
Morían el conductor civil y un comandante de ingenieros. Hubo más de 40
heridos. La mayor parte de ellos, 31 años después, todavía tienen secuelas.
Algunos se siguen preguntando ¿por qué?
¿Se les ha pedido perdón?
ETA ha dicho adiós. ¿Ha pedido perdón por todo el daño
infringido, por ejemplo, en Aragón?
La Casa Cuartel, Manuel Jiménez Abad, las murallas… Guardia civiles
en Huesca.
Se despiden sin más….
Para José Marco, por ejemplo, aquel día de 1987 en el
autobús, no se borra de su memoria. Tuvo que reconstruir su vida, sus
objetivos, su mente y cuerpo. Todo el dolor lo sufrió por levantarse una mañana y
marchar a trabajar.
Tenemos una deuda pendiente con aquellos que fueron
hostigados, simplemente, por trabajar por nuestra seguridad, en la política,
siendo fiscales, jueces, médicos, catedráticos, … Que se enfrentaron con valor
a la locura terrorista.
¿Seriamos capaces la mayoría de tener la serenidad de las
víctimas de ETA? ¿Perdonar? ¿Se ha pedido perdón? ¿Se han entregado a la
justicia, han esclarecido los asesinatos?
Piden acercamiento de los presos al País Vasco, hablan de
presos políticos, de reintegrarse en la sociedad….
Al preguntar a José Marco si cree en la clase política, su
respuesta es contundente: "se me hace cuesta arriba viendo las personas
que han ido hoy a Bayona a bailarles el agua a los asesinos. Espero y deseo que
los políticos tengan un poco de serenidad. No se puede humillar a las víctimas
del terrorismo solo porque estos energúmenos digan que van a dejar de matarnos
¿y les vamos a dar premios?
Que la ley sea igual para todos, ¿porque vamos a doblegar
las leyes ante ellos?"
¡Qué difícil estar a la altura de personas como José Marco!
A quien corresponda lo escuche...
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