Antonio Javier Taules, corazón de jota

Veruela nos acercó. Isabel Lafuente actuó de hada madrina. La magia la puso el.

La extraordinaria construcción de los monjes siglos atrás, atrapo y proyecto al infinito su voz.

El altar del Monasterio fue el escenario perfecto para descubrir a un hombre con un corazón especial.

"Las cosas se hacen de verdad, sino no deben hacerse”, ese fue el lema que mantuvo hasta el final.


Fue leal con su maestra y amiga Isabel. Cuando ella falto lo continuó siendo con su marido y su hijo. Lo fue con su pueblo, con la jota, con sus amigos y con los que desde la distancia lo llamábamos menos de lo debido.

Le gustaba el campo.
Amaba profundamente a su precioso Ángel de cabello rubio.
Sonia, sigue amando a ese hombre de sonrisa eterna y jotas elegantes.

 
Siempre dispuesto a colaborar, hablo en la radio de su extraordinario trasplante de corazón, de sus ganas de vivir, de su pasión por la jota.

Hace poquitos meses, con menos fuerzas de lo acostumbrado, volvió a hacernos reflexionar sobre la necesidad de donar nuestros órganos.


La vida camina demasiado rápido. Nos lleva a ocuparnos de lo urgente y no de lo importante. Nos damos cuenta de ello cuando una persona a la que admitamos se marcha.

La vida nos va dejando señales, pero, tras el aparente aprendizaje, volvemos a caer de nuevo en el error de no ocuparnos a diario de lo que de verdad importa.


Siento mucho Antonio no haberte llamado más, no haberme acercado a tu pueblo a pasear contigo, a verte sonreír con Sonia de la mano.


Sé que, con tu gran corazón, me disculparás. En el mío queda tu generosidad.


Antonio, tu voz llenando la extrema belleza de Veruela, será siempre lección de vida para todos.


Comentarios

  1. No podias haber hablado ni descrito mejor a un señor un caballero un amigo y una buenisima persona.
    Grandisimo taules siempre

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