Hortelanos de Zaragoza

El paisaje de los alrededores de los pueblos de la Ribera del Ebro ya no es lo que era.
Hace unas décadas, además de trabajo en la fábrica, en el comercio o como funcionario, el huerto constituía un espacio de ocio extraordinario. Con unas horas de labor, la generosa tierra,  regalaba a los aficionados hortelanos, ricos manjares. Incluso se podían vender los frutos, un dinero que ayudaba a mejorar la economía familiar.
Los tiempos y las normas cambian. Se prohibió vender si no se hacía en grandes cantidades. Los robos en los pequeños huertos dejaron sin herramientas y sin ánimo a los aficionados a cultivar la tierra.
Así ha sucedido en las últimas tres décadas en Aragón;  sin embargo en Galicia o Asturias se puede comprar en calles y carreteras a los pequeños agricultores, en estas comunidades se admite este tipo de venta.
Vender unos tomates, manzanas o acelgas a tu vecino no causa ningún mal y apoya la ilusión por fomentar la cercanía al sector primario.
En ocasiones parece el mundo al revés.
Hablamos de ecología, de buenas prácticas y no respetamos la lógica de las buenas costumbres.
En la huerta de Zaragoza bien lo saben. Son famosos los productos por su calidad. Todos deseamos una buena borraja zaragozana en nuestro plato pero cada día quedan menos hortelanos profesionales.
Hace veinte años eran 640  hoy solamente 27 las personas que se dedican a criar hortalizas en las puertas de nuestra ciudad.
Son datos que nos invitan a reflexionar. Los hortelanos se quejan del apoyo que se da a los que emprenden tareas de agricultura ecológica. Dicen, desde la asociación de hortelanos de Zaragoza, que "durante un tiempo han tenido a su disposición ,los agricultores ecológicos, un puesto en el mercado de Valdespartera de modo gratuito, la Plaza del Pilar como punto de venta, centros escolares,... Están de acuerdo con el apoyo a los emprendedores ecológicos , pero no en detrimento de su trabajo de tantos años. Ellos pagan por entrar en Mercazaragoza, por puesto, ..."
Se quejan de que el apoyo de las instituciones siempre se marca en dirección hacia el secano y las grandes explotaciones. Los hortelanos zaragozanos son invisibles para Gobierno de Aragon y ayuntamiento de Zaragoza.
¿Qué pensaríamos si en un lugar donde se dice vender hortaliza ecológica realmente se expone la producida por un hortelano de agricultura tradicional? ¿Porque la borraja que vemos en las fruterías es cada día más barata y llegada de Navarra?
Si desaparece la huerta tradicional de Zaragoza desaparecerá una parte importante de nuestra historia y una fuente de riqueza gastronómica de excelente calidad.
Menos estudios para segundas líneas de tranvía y más borrajas autóctonas.

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