Noska, ojos azabache...

...Siento en este instante sobre mis rodillas una caricia, el suave calor de un ser querido. Levanto la mirada del teclado y unos enormes ojos azabaches me miran.. Sabe si la jornada ha sido intensa o relajada y reclama en ese grado su derecho a cariño. Su instinto le dicta lo mejor para mí. En días felices paseo y juego, en días duros mas dosis. Se llama Duna es una cocker spaniel negro- fuego, elegante y fuerte, que nació del vientre de Noska el ser mas generoso que nunca he conocido. Y junto a ellas: Kiss , Blanky, Goofy y Oto. Todos maravillosos pero con historias bien distintas. Tres son perros criados desde su nacimiento con todo el mimo. Dos fueron maltratados y abandonados en la carretera; Goofy y Blanky son fruto de un regalo o compra no meditada. Fueron obsequiados o adquiridos como juguetes, sin considerar que son seres vivos con sentimientos y necesidades. Oto fue un instrumento de caza. Noska, Duna, Kiss, BlanKy, Goofy y Oto significan disciplina diaria, educación y compromiso. También son una vía de regocijo, provocan en mi cerebro un aumento importante de endorfinas que me hacen dichosa. Siempre desee poder ser útil a los animales pero, tuve que aguardar el momento apropiado. Poseer un animal es una gran responsabilidad que hay que meditar profundamente. Cuando observo a mis perros correteando por el campo, me gusta recordar todo el bien que estos animales proporcionan al hombre. Los animales concentran la esencia del amor al amor. Dentro de mis fotogramas vitales, sin dudas, aparecen con rotundidad la alegría de los ojos azabache de mis mascotas, su calor en mis rodillas y su lealtad. Noska y Blanky cerraron su ciclo vital y dejaron en mi un vacío importante, pero su recuerdo me hace sonreir siempre. Siguen haciéndome feliz con su solo recuerdo. El resto de la familia en este instante reclama mi atención...¿Realmente sabemos que es el amor? ¿Amor sin límites, amor sin exigencias, amor pleno de generosidad?. 
Gracias de corazón a todos los que diariamente dan voz a los que no la tienen. 
Gracias a Marisa, Celia, María, Juan y Diego por tanto derroche de cariño para Tosca, la más pequeñita de la camada. 
Enhorabuena a todos los voluntarios de las protectoras de animales que se preocupan por dar dignidad a cada animal abandonado, esto les engrandece como personas. Gracias por  humanizarnos a todos.