Cee, mar que arrulla
Despertador, ilusión y mar.
El camino aviva la fuerza dormida.
La energía acumulada por
cientos de peregrinos pincha y alza los pasos propios.
En un instante el
horizonte lejano se torna inalcanzable.
La lluvia, compañera infatigable, no
cesa.
El olor del mar alza los hilos del caminante.
El milagro se produce.
La mirada choca con deleite con el oleaje.
La espuma, los barcos, el limpio cielo no lo permiten.
El pueblo entre el orballo es una caricia.
Cee es el mar que arrulla..
Tercera jornada
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