Negreira, puente de vida
La vida en el salto se multiplica.
Sorpréndente paz en Ponte Maceiras bajo la piedra.
Un alto, un mirador, un banco para el descanso.
La sonrisa
eterna ante el trecho que se muestra bravo.
Se eleva, desciende, no da tregua
el sendero.
Regala, entre silencio y conversación, enseñanzas que nos empapan
sin sentir.
Hoy no sabemos porque empecinarnos en esta aventura.
El Alto do Vento nos lo mostró serenamente.
Negreira es puente de vida.
Segunda jornada.
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